martes, 4 de diciembre de 2007

La Batalla de Santiago (3º Parte)



No se puede avanzar en el relato, sin previamente señalar quien era Leonel Sánchez. Este gran señor, es sin duda alguna uno de los más grandes de todos los tiempos del fútbol chileno, tan solo superado por Elías Figueroa, Marcelo Salas y disputando su lugar con Iván Zamorano. Dueño de un talento increíble y una zurda prodigiosa que lo convirtió en un puntero formidable, se consagró goleador de la justa mundialista del año 62 con 4 tantos. Leonel desarrolló prácticamente toda su carrera profesional en la Universidad de Chile institución con la cual logró seis campeonatos nacionales, siendo referente e ídolo de las huestes universitarias laicas en aquel equipo que por la década del `60 era conocido por "El Ballet Azul" (al igual que el Millonarios de Colombia) por muchos, considerado el mejor cuadro de todos los tiempos del balonpie nacional por su galana forma de jugar y por el espectáculo que daba en la cancha. Además, en una época en donde emigrar a Europa para jugar era una utopía para los futbolistas locales, Leonel rechazó una oferta del Inter de Milán para incorporarse a sus filas (nunca se llego a un acuerdo monetario que satisficiera sus necesidades económicas) quedándose en el país para regalar su talento al respetable público nacional. Don Leonel,aparte de todo lo dicho sobre sus condiciones, era un duro dentro del campo de juego (de esos guapos de verdad que arreglaban sus problemas a mano limpia o que ponían fin a discusiones insulsas con un buen puñetazo) ya que aguantaba los castigos del rival en silencio, pero que siempre retribuía el ataque artero.

Un ejemplo de lo relatado fue lo sucedido en el año 1961 en la definición del campeonato nacional contra Universidad Católica, en aquella oportunidad el jugador argentino del equipo cruzado Juan Nakwacki osó a insultarlo camino a los camarines, a lo que Leonel respondió golpeándolo provocando que el argentino cayera por las escaleras y se partiera una ceja. Otro hecho de similares características fue el que aconteció en un amistoso que enfrentó a la U contra el Santos de Pele, iniciado el cotejo Sanchez trancó una pelota con el brasileño Lima de manera brutal, por lo que ambos comenzaron a gritarse de todo,con empujones y pechazos de por medio, ante esto, el arbitro del encuentro salomónicamente decidió expulsar a ambos jugadores sin siquiera haberse cumplido el minuto del lance. Todo esto resulta realmente paradójico, pues este gran señor hasta hoy es un hombre amable y cariñoso, solicito a los requerimientos de cualquier persona que quiera robarle un autógrafo, una foto o una buena conversación de fútbol. Sin embargo, la fama de guapo se la ganó por la pasión que desbordaba en la cancha, por el respeto que imponía y por su potente golpe con el puño izquierdo, el cual fue legado de su padre quien fue campeón de Chile en boxeo y el cual le dio las herramientas a su hijo para defenderse tanto fuera como dentro del campo de juego.

Con los antecedentes vertidos, es fácilmente deducible lo que aconteció a Maschio. A la primera oportunidad que tuvo Sánchez de devolverle el golpe, le propinó un puñetazo provocándole al jugador azurro la fractura del tabique nasal, la cual no tuvo sanción alguna por parte del arbitro. Envalentonados por este hecho, los jugadores chilenos comenzaron a cobrar su parte, así la defensa roja hostilizó constantemente al lesionado Maschio diciéndole que el debería estar en Rancagua junto a la selección argentina, tal fue la presión de la retaguardia que en varías ocasiones José Altafini -oriundo brasileño- les recordaba que el no era italiano, (a lo cual se le respondía que se fuera derechito a la sede de Viña del Mar, donde se encontraba Brasil, pues de lo contrario se le sacaría de forma no muy amigable del partido, obviamente todo lo anterior estaba adornado con un surtido de garabatos y diatribas).Sin embargo el clímax de todo este partido (que bien poco de esto tenía a esa altura) llegó en el minuto 40 del primer tiempo; cerca del banderín del corner, en área italiana, Leonel Sánchez avanzaba con el balón pegado al pie cuando en su ruta se cruzó el lateral derecho Mario David quien le propinó un patadón de aquellos que marcan época, Leonel cayó al suelo sin perder el balón, por lo que el defensor no encontró nada mejor para quitarle la pelota que comenzar a patear. Ante las patadas del energúmeno itálico, el puntero nacional se levantó y con la velocidad que poseía en la cancha le dio un gancho de izquierda en la barbilla que lo dejo totalmente ido del partido, de Santiago y de este mundo. A raíz de esto, se armó nuevamente un jaleo de proporciones del cual se requirió el auxilio de la fuerza pública, con el partido parado; el arbitro aprovecho de llevar a ambos jugadores cerca del guardalineas mexicano que hizo las veces de interprete para advertir a ambos que a la próxima serían expulsados. Al parecer David no tenia idea de español, pues a los pocos segundos de reanudado el partido y como en la mejor película de artes marciales, le pegó una patada voladora en el hombro izquierdo a Leonel, quien medio en serio y medio fingido daba alaridos de dolor en el pasto preguntando al doctor de la selección si el italiano había sido expulsado. El arbitro no tuvo opción y dejo a los azurros con nueve hombres antes de terminar el primer tiempo. Con el tiempo cumplido y sin mediar ni un descuento , el juez le puso punto final a este primer lapso.

Para el segundo tiempo se esperaba que se calmaran un poco las pasiones, sin embargo esto no aconteció ya que los italianos comenzaron a utilizar su consabida "táctica del murciélago" (que consiste en tener a todos los jugadores de un equipo colgados del palo -metafóricamente hablando- defendiendo como sea para evitar el gol y que de paso le da el nombre a este agradable blog) también conocida en otras latitudes como Catenaccio, con el fin de mantener el cero en su valla y encomendarse a un contragolpe que desarmara la sólida y recia defensa chilena. Para lograr esto, los itálicos siguieron dándole a cualquier cosa que se moviera por la cancha con camiseta roja, golpeando sin compasión al bloque ofensivo chileno. Sin embargo, la guapeza y hambre de triunfo nacional tuvo su recompensa cuando en el minuto 73, el enorme Jaime Ramírez con un cabezazo batió al portero, con este tanto, la cosa se termino de degenerar, cada patada (de ambos lados), caídas violentas, simulaciones y amenazas variadas eran minutos perdidos. Los italianos se jugaron su chance tratando de llegar de cualquier forma al arco local, no obstante, diezmados en hombres y físicamente dentro del campo de juego, era poco el real riesgo que llevaban a la portería nacional. Mientras, la roja apoyada por el público se agrandaba más sobreponiendose a sus propias limitaciones, así,a los 87 minutos cuando el partido casi expiraba, el extraordinario Jorge Toro colocó un potente tiro a ras de pasto en el ángulo inferior izquierdo (siempre quise escribir una frase de relator de radio como esa...) con el cual decreto el 2-0. Lo que resto fue para el olvido, ambas escuadras sin fuerza ni ánimo decidieron bajar la cortina del pleito, y e arbitro, para no dilatar mayormente esta carnicería decreto el fin del partido sin dar descuentos. Chile ganaba a un poderoso de todos los tiempos como lo es Italia y de paso la supuesta afrenta que mancilló el "orgullo nacional" había sido lavada,en un partido que poco y nada dejó de fútbol.

Como era de suponerse la algarabía por el triunfo se hizo presente tanto en la ciudadanía que celebró exaltada la victoria como en los periódicos. Por el lado de los italianos sólo existía desconsuelo e indignación, los medios escritos de la península calificaron a los chilenos de “caníbales” y desmerecían la victoria del combinado rojo, atribuyendo esta al mal arbitraje de Aston, a quien acusaron de “hostil, provocador e incompetente”. La alegría que cubría a Chile contrastaba con la animadversidad que predominaba en Italia en donde hubo diversas manifestaciones públicas en contra de nuestro país, tanta fue la frustración de la población que el consulado chileno en la ciudad de Milán, tuvo que ser custodiado por varios días por la policía ante la posibilidad de un ataque artero. Como en toda batalla que se precie de tal,hubo bajas en ambos equipos,las más sensibles en la escuadra nacional fueran la de Fouillioux, Landa y Jorge Toro. Así Chile enfrentó mermado a Alemania Federal quien no respetó la localía y derroto a la escuadra roja por 2 a 0 clasificando la escuadra teutona y el combinado nacional a los cuartos de final del torneo dejando a Italia sin ninguna chance de seguir avanzando (según reza la leyenda, Italia reclamó que Chile dejó a propósito fuera del cotejo contra Alemania a Toro cosa que jamás pudo ser corroborado) Con el transcurso del campeonato Chile accedió a las semifinales y logró un merecido tercer lugar (siendo solamente derrotado por Brasil)convirtiendose de paso la mejor actuación de una selección nacional adulta en la historia.

Chile e Italia se han enfrentado dos veces más en torneos mundiales en partidos que (para variar) no han estado excentos de polémica. Al mundial siguiente (Inglaterra 1966) ambas escuadras chocaron nuevamente en primera ronda ganando 2-0 los italianos con un arbitraje más que parcial, pero sin duda alguna el partido que más recuerda la fanaticada local es el que sostuvieron en Bordeaux el 11 de junio de 1998 por el mundial de Francia, en aquella oportunidad la roja ganaba por 2 a 1 a los italianos cuando el referí Lucien Bouchardeau cobró penal por una mano de Ronald Fuentes que sólo existió en su mente y en sus bolsillos (años después se supo que este señor estuvo involucrado en casos de corrupción por lo cual fue destituido como arbitro FIFA) con esto, Italia logro emparejar las acciones y dejar un empate a dos goles que dejo con gusto a poco a toda esta larga y angosta franja de tierra.

Recapitulando; la famosa batalla de Santiago no dejo indiferente a nadie en el mundo pelotero y siguió a parte de sus protagonistas por años, un ejemplo fue el del arbitro inglés Kenneth Aston, quien en declaraciones posteriores señaló abiertamente que estuvo dispuesto a suspender varias veces el partido, sin embargo lo superó el temor que las personas presentes aquel día en el estadio pudieran formar un motín causando un daño mayor, el drástico de negro asumió su error indicando que su función aquel día "No recordaba en nada las tareas de un juez". Así y todo la FIFA hizo la vista gorda ante tan mal cometido y lo nombró miembro de la Comisión de Árbitros en los mundiales de 1966 y 1970, no obstante lo anterior, el juez inglés pago con creces su inclusión en este órgano, pues Aston fue el responsable de crear las tarjetas amarillas y rojas que trajeron un respiro a las debilitadas piernas de los jugadores talentosos y el fin del hachero con fuero para golpear.

Por otra parte, la historia de Leonel Sánchez y Mario David tendría un capítulo más. Durante el año 1963. la Universidad de Chile realizó una gira por Europa y uno de los partidos pactados fue contra el Inter de Milán (cuadro en donde militaba David) la prensa, al saber que se trataba de la escuadra donde actuaba Leonel comenzó a promover un animo revanchista por lo acontecido en la batalla de Santiago. Esto abríó el ansia de la incipiente televisión italiana quien quería llevar hasta las casas de sus espectadores la cara de "Il Leonello Selvaggio", así, se preparó el reencuentro entre David y Sánchez esperando ver al matón chileno, cual fue la sorpresa de los reporteros cuando se enteraron que el noqueador era un hombre bajito, de modales caballerescos y tímido (de hecho, la prensa en un momento creyó que Carlos "Tanque" Campos, era el agresor, por su estatura, envergadura física y piel morena)el cual estrechó afectuosamente la mano de David (y posteriormente de Maschio). A pesar de ese gesto de paz, Leonel se ganó una rechifla monumental al ingresar al estadio Guiseppe Meazza, sin mediar lo anterior, la actuación del chileno fue superlativa en la victoria que obtuvo el cuadro universitario laico por 2a 1 logrando más den aplauso. Con esto Leonel mitigó en parte su participación en aquel infausto día que generó tantas consecuencias en las reglas del juego pero que por sobre todo, dejo tantas historias que aun quedan sin contar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena historia compadre, se agradece que aporte a la cultura futbolistica