sábado, 17 de mayo de 2008

¡ Malditos ! (2º Parte)


Otro equipo que ha debido lidiar con fuerzas ocultas es C. A Quilmes, una institución considerada como "modelo" por el fútbol trasandino, poseedor de una infraestructura que cualquier equipo nacional envidiaría y que además a gozado de inyecciones económicas de grupos tales como la cerveza "Quilmes" y la petrolífera Exxon. Sin embargo, por esos avatares profanos que se han reseñado, el club a sufrido desgracias y frustraciones deportivas que han mermado todos los avances que han conseguido en el plano institucional. Por paradójico que suene, todo se inicio cuando en el año 1994 los directivos recurrieron a una bruja de la localidad de Chascomús llamada Dora para que les ayudara en la reñida disputa que tenían contra Gimnasia y Esgrima de Jujuy por el ascenso a la principal categoría el fútbol trasandino. La nigromante acepto a cambio de la suma de 4 mil pesos argentinos, a los cuales los regentes del club accedieron a regañadientes, antes de irse, la bruja vaticinó que el equipo jujeño perdería 3-0 contra su rival del fin de semana.

Los dirigentes contemplaron con asombro que el vaticinio de ella se cumplía a carta cabal, sin embargo, el equipo cervecero no sumo puntos esa semana pues su encuentro contra Deportivo Morón fue suspendido. Independiente de este hecho la mentada señora Dora fue a cobrar sus honorarios, empero, los directivos del club señalaron que no le pagarían nada puesto que ellos no habían sumado puntos. La bruja se enfureció y les lanzó una maldición en la cual Quilmes no volvería a subir a primera división, ¿resultado?: En la reanudación del partido contra Morón el equipo cervecero ganaba 2-1, con el cobro de un penal a su favor el cual...desviaron, de ahí en adelante viene a debacle, Morón lo da vuelta y termina ganando 3-2. Las fechas que siguieron también reportaron magros resultados que a la postre, le dieron el título al equipo de Jujuy. Quilmes se perpetuó en la segundo categoría del balonpie argentino, tratando de luchar con un destino que se había ensañado con ellos, el punto culmine de esta mala fortuna llego entre los años 2000 y 2001 donde disputaron 3 FINALES CONSECUTIVAS para ascender las cuales perdieron calamitosamente (contra Huracán, Los Andes y Belgrano respectivamente).

Con todos estos antecedentes, los dirigentes hinchas y simpatizantes se dieron cuenta que el "trabajo" que había realizado la señora Dora con el club era en serio, el clamor popular empezó a exigir a los directivos que se hicieran presente donde la bruja para pagarle la plata adeudada y de paso darles disculpas por faltar al compromiso adquirido. Así una comitiva partió a la pequeña localidad de Chascomús para realizar el pago pero, se encontraron con la sorpresa que la bruja había fallecido, con mucho pesar los atribulados dirigentes llevaron una enorme corona de flores a su tumba (sin nombre ni seña en particular) esperando un perdón post mortem. La fe había sido recobrada y esperaron con un optimismo único al rival que les diputaba la semifinal del ascenso; Nueva Chicago, en un partido que se desarrollo bajo un diluvio, el cuadro verde de Mataderos se alzó con la victoria dejando atónitos a los hinchas de Quilmes. ¿Qué había pasado? ¿Acaso la maldición de Dora no tendría fin?. La respuesta era casi tragicomica: En su afán y premura por el perdón, los dirigentes no corroboraron que la sepultura agasajada no correspondía a la famosa señora, por lo que la fatalidad aún perseguiría a la institución. Fue tal la desesperación que en el año 2003, un hincha viajo al pequeño poblado y sobre la tumba (correcta) juró bautizar con el nombre de Dora a su hija con tal de que se terminara la maldición, con este hecho y luego de 13 años Quilmes subió a primera división con un campañón que lo tuvo 8 meses invicto en casa. Ah...como dato anecdótico, la niña lleva por segundo nombre Dora cumpliendo el padre con su promesa y así dejando la mala suerte enterrada.

En la misma Argentina y quizás más dramático que el caso de Quilmes, es el de Racing Club de Avellaneda. En varias ocasiones, he nombrado a la institución blanca y celeste como sinónimos de mala administración, desgracia y fatalidad, un verdadero tormento para su fiel y abnegada hinchada que a pesar de todo ha permanecido firme, aguantado estoicamente a pesar del descenso, disputas de liguillas de promoción, quiebras y robos a mansalva. La pregunta que cabe hacerse es: ¿Cómo uno de los 5 "grandes" puede caer tan bajo en una constante espiral descendente? (mientras escribo esta nota, veo que perdieron ante Boca quien jugó con un equipo juvenil, pero a quien el árbitro favoreció claramente, comprometiendo más las permanencia del equipo de Avellaneda en la división de honor del balonpie argentino) y lo que es peor aún ¿Cómo no se ha logrado canalizar todo el potencial económico y deportivo de una institución poderosa y tan querida con miles de fanáticos en un medio tan ferviente siendo este malgastado y poco recompensado? La respuesta para la gente académica puede sonar desesperada pero es la única que puede dar una solución a tanta tragedia; La institución esta maldita.

Aunque a simple vista es irracional, para la hinchada racinguista no deja de tener un sustento verídico. Para entenderlo, el amable cibernauta debe situarse en el año 1967, por esos días Racing, flamante campeón de la Copa Libertadores, se consagraba campeón de la Copa Intercontinental tras derrotar en una verdadera batalla al Celtic de Glasgow en partido definitorio (el primero lo ganaron los escoceses en casa y el segundo fue ganado por la academia en el estadio "Juan Domingo Perón") en el mítico estadio Centenario de Montevideo con un solitario gol del "Chango" Cárdenas. Con esto, no sólo engalanaron las vitrinas del club sino que además, era el primer club argentino en ser campeón intercontinental (o como dicen ellos el primer campeón del mundo) Esto causo la envidia insana de su eterno rival; Independiente de Avellaneda, la que se acrecentó pues los "diablos rojos" habían sido incapaces en las dos ocasiones que ostentaron la Libertadores de ganar la Copa Intercontinental (en ambas ocasiones fue derrotado por el Inter de Milán) por esto la resentida hinchada roja debía vengarse a cualquier costo y haciendo un daño que difícilmente se podría reparar. Una vez finalizado el torneo, en una noche cualquiera, hinchas del "rojo"entraron a la cancha de Racing (ayudados por el portero que era hincha furibundo de Independiente) y sepultaron en el gramado nueve gatos negros muertos, con esto se conjuro que durante 49 años, la Academia pasará penuria tras penuria.

El transcurso del tiempo les daría razón a estos insidiosos, Independiente lograba triunfo tras triunfo (conseguidos en más de una ocasión con malas artes) en el plano nacional e internacional durante más de una década, fue en este período donde el cuadro rojo logró el apelativo de "Rey de copas" y el prestigio de ser -hasta hace un par de años atrás - el equipo más ganador de la historia. Su embrujado vecino, durante estos años, comenzó un naufragio a nivel deportivo e institucional, que tuvo su punto cúlmine en el año 1983 cuando descendieron a la 2º división permaneciendo ahí por dos años. La vuelta no fue menos complicada, sin embargo los hinchas tuvieron una pequeña alegría al ser los ganadores de la 1º edición de la Supercopa (torneo que reunía a todos los campeones de la Libertadores) en el año 1988 tras vencer al Cruzeiro brasileño. Aunque suene exagerado, lo peor aún estaba por venir para la Academia, si bien se cumplieron grandes campañas durante los años `90, la sequía de títulos nacionales proseguía al igual que el robo indiscriminado a la institución, el mal manejo de los dirigentes (en especial el de Héctor Daniel Lalín) llevó a que el club fuera declarado en quiebra en el año 1999, ante la posibilidad de que el club desaparecía los hinchas recurrieron a una de las medidas más desesperadas que se conozcan en la historia del fútbol: Realizar una misa en su estadio con la intención de acabar de una vez con todas con los demonios que aterrorizaban a la institución, pedirle al cielo que le permitieran una salida legal para poder subsistir y si se podía que el club tocará nuevamente la gloria a nivel local (famosa es la imagen del sacerdote bendiciendo los arcos o la del hincha que portaba una imagen de Cristo del sagrado corazón con la camiseta del club) Se quiera creer o no, el año 2001 y luego de la peor racha en la historia del club (lograron solamente 11 puntos en el campeonato de clausura) obtuvieron el campeonato tras 35 años de sequías, con un equipo que más que fútbol era entrega y puro corazón. A pesar de esto, subsiste en el mundo racinguista ese álito de "maldito", por ejemplo están las desafortunadas declaraciones de nuestro compatriota Reinaldo "Choro" Navia quien le ha atribuido la mala suerte del equipo y la suya goleadora a elementos maléficos, malas vibras, espíritus, y demás sortilegios que buscan tapar la campaña mediocre del equipo (y su propia ineficacia frente al arco que seamos honestos, la arrastra desde su etapa final en México) lo peor para la gente de Racing no es que sus planteles se escuden en estos hechos, o las lesiones que adolecen constantemente sus jugadores (en particular durante este año que ha sido nefasto), ni que las figuras de renombre (como el "Cholo" Simeone o el "Piojo" López) no rindan lo que se espera de ellos,o mucho menos las pérdidas que experimente la gerenciadora que esta a cargo de su administración, sino que es el temor interno a que las cosas malas seguirán, lo quieran o no, más allá de cualquier esfuerzo, pues este miedo, que los lleva a presagiar nuevas desgracias y a mover la cabeza en dirección del cielo en busca de explicación, se funda en que aún subsitirían 8 años más de mala racha (Continuará).

viernes, 16 de mayo de 2008

¡ Malditos ! (1º Parte)


El fútbol es, en su esencia más pura es un deporte, el más perfecto del mundo (prueba de esto es que ha sufrido un mínimo de variaciones en más de cien años) el más atractivo, bello y emocionante a la vez, una verdadera pasión de multitudes si se quiere usar el manoseado eufemismo popular, pero es un deporte al fin y al cabo. Sin embargo esta reflexión (pseudo aristotélica y más que obvia) tiene muchas aristas, tantas que llenarían páginas de libros, manuales y demases. Son estas pequeñas particularidades las cuales les dan su sello distintivo puesto que están revestidas de situaciones y excentricidades que JAMÁS se podrían repetir en otra disciplina, por eso el arte del balónpie se convierte en único y lo aleja de otras manifestaciones deportivas masivas o de deportes que en teoría podrían resultar visualmente más atractivos.

Así, al factor netamente deportivo se le agregan variantes como la de los jugadores con sus propios léxicos y códigos, la de los entrenadores con toda su rimbombancia y sistemas "tácticos" sacados - prácticamente - de la NASA o extraídos del Pentágono (los amables cibernautas que pinten algunas canas deben recordar con claridad los sistemas de la W y de la W invertida que hasta el día de hoy no se pueden explicar sino es por medio de algo similar a la piedra roseta futbolera y eso que no hemos caído en ejemplos peores como los esquemas de juego empleados por Rudi Guttendorf a principios de los `70 o Xavier Azkargorta a mediados de los`90 ambos con la manoseada selección chilena) la del periodismo deportivo con su verborrea inconsistente llena de palabra rimbombantes y análisis que dejarían perplejo a cualquier cientista político (el comentarista/relator no solo se limita a comentar los avatares del partido sino que, generalmente, da reseñas, datos, trívias de la situación socio-politica-económica e histórica de un país, si el duelo es de selecciones o de una región determinada, si es de clubes) y los hinchas que de una u otra forma tratan de demostrar su pasión/insanidad mental de diversas formas (así por ejemplo tenemos a hombres que se disfrazan de preso en Argentina, o como el reconocido hombre-pájaro cole colombiano, del famoso Condorito, acompañante privilegiado de la selección chilena sub -20 en Canadá o peor aún, de un loro verde poco presentable que se pasea por las canchas del puerto principal de nuestro país y que incluso a llegado al mismísimo Palacio de la Moneda para recibir el saludo presidencial )

Una de las formas más características para soltar toda esa tensión, locura o amor hacia la camiseta que se tiene son las cábalas, aquella suerte de guiño al destino o a la diosa Fortuna para que el equipo de nuestros amores o el combinado nacional salga favorecido -alguna vez- por esa mano aciaga y tan infausta. Mediante estas, el fanático furibundo trata de otorgarle un aura mística y mágica a la escuadra portando diversos objetos "benditos", desde camisetas usadas una y otra vez (con la cual uno sabe - sin ningún rigor científico y con la más disparatada fe - QUE EL EQUIPO GANA PASE LO QUE PASE y que en caso de no portarla puede suceder una debacle de carácter bíblico) pasando a una bufanda, radio de transistores, pata de conejo o artilugios similares. El hincha en su más pura esencia irracional, se plantea internamente que la prenda determinada protegerá al equipo de desgracias tales como un gol en las postrimerías del partido o un penal en área propia (en mi caso particular, durante una Copa Libertadores fui con la MISMA ROPA -léase; Zapatillas, calcetas,calzoncillos, short, camiseta del equipo y gorro a TODOS los partidos disputados de local por mi equipo, realizando la conducta aberrante de no lavar las prendas contradiciendo cualquier norma de salubridad pública y de la OMS)

A su vez, el repetir una actitud constante de manera obsesiva-compulsiva forma en el intrincado cerebro del hincha una confianza a toda prueba que le asegura que el pleito se dirimirá favorablemente en favor de sus colores. He conocido casos de personas que han ido durante años a la misma ventanilla a comprar (en lo posible) al mismo vendedor, para luego entrar por la misma puerta del estadio y sentarse en el mismo asiento cuando el equipo encuentra rachas positivas, tengo amigos que suelen fumar una cantidad determinada de cigarros en cada tiempo evitando terminarlos antes de cierto minuto en especial que podría coincidir, malamente, con un gol en contra convertido en partidos anteriores, gente que se cambia de asiento o que ve el partido de pie al lado de un amigo en particular para no alterar el orden cósmico, e incluso una chica (una futura profesional del campo legal, totalmente inteligente y racional) que se considera así misma como una cábala viviente puesto que cada vez que va al estadio su equipo no pierde.

En otras ocasiones, la inclusión de un elemento anexo, el no portar alguno de los estandartes mencionados o el atribuirle una carga de "vibras" negativa a una persona determinada puede provocar en la descabellada ecuación hincha-deidades, un descalabro de proporciones tales que afecte la débil psique del pelotero. En esta misma página, al amable cibernauta le ha quedado constancia de la mala fama adquirida por un queridísimo amigo mio a quien cada visita al estadio le reportaba comerse los apelativos de "mufa" o "yetta" Este verdadero mártir pelotero no solo tuvo que cargar con ese estigma otorgado por mi cabeza de termo habitual a la hora de ver fútbol, además lo refrendo, como un amargo sino, al acompañar a otro querido personaje a ver a su equipo y que este fuera vapuleado en ambas ocasiones. Todo esta teoría giraba en torno a los malos resultados conseguidos por nuestra escuadra el año recién pasado los cuales me llevaron a pensar (errónea o acertadamente) que la desgracia estaba asociada con su presencia en las gradas, influyendo negativamente al normal desarrollo místico, cósmico, kármico de nuestro equipo evitando el correcto dialogo entre jugador-balón-compañeros-red contraria, quedando comprobada esta hipótesis a lo largo de la nefasta campaña del primer semestre. A pesar que me he dado cuenta que no es el verdadero culpable de nuestros desaciertos en la cancha (con un técnico y dirigentes como los que tenemos, es realmente difícil hacer algo) temo a mi reacción de mirar hacia el costado y culparlo consiente o inconscientemente si es que vuelven los malos resultados a azotar nuestras estanterías.

Sin embargo, en ocasiones todos los elementos señalados chocan contra algo invisible, algo realmente negativo, que conduce al equipo a tragedias deportivas y extradeportivas como si pesara una verdadera maldición sobre estos. Lo señalado que cae a claras luces en el terreno de lo paranormal, puede sonar insulso a oídos netamente racionales, pero el amable cibernauta debe comprender que a momentos, es la única situación "lógica" que tiene el corazón del hincha para sustentar tanta desgracia junta, pues es casi imposible explicar de una forma coherente y racional el porque instituciones grandes, con una fanaticada fenomenal, recursos y prestigio quedan sumidos en la más absoluta inopia de logros deportivos o económicos. Casos como estos sobran en el mundo del fútbol, así en Río de Janeiro, es famosa la historia de Arubinha, un hombre que en el año 1937 enterró un sapo muerto con la boca cosida en la cancha del Vasco Da Gama profiriendo que este club no saliera campeón durante 12 años tras la goleada que sufrió su equipo por 12 a 0 . Los dirigentes de Vasco en un inicio no atendieron a este estigma, sin embargo, presenciaron con horror como pasaban los años y que, a pesar de contratar a los mejores jugadores del medio no podían salir campeones, con frenesí se lanzaron a buscar al batracio erosionando el campo de juego sin ningún resultado, hasta que, por arte de magia, el equipo a 11 años de su último título (1934) logró conquistar nuevamente esta presea en 1945. Otro hecho de corte sobrenatural es el que han debido enfrentar los hinchas, dirigentes y jugadores del América de Cali, durante los años`70 Benjamín Urrea, apodado "Garabato", ex dirigente del club, se oponía a que este pasara al profesionalismo, durante una borrachera de aquellas en una cantina de mala muerte y luego de ser expulsado del club por su tenaz oposición, maldijo uno a uno a dirigentes, cuerpo técnico y jugadores del los "diablos rojos" con una botella de aguardiente llevada hasta la parte final de su espalda proclamando: "Que lo vuelvan profesional, que hagan del América lo que quieran pero juro por mi Dios que nunca serán campeones..." Conclusión; Tras un exorcismo en el círculo central del estadio Pascual Guerrero de Cali el América logró conquistar su primer título nacional en el año 1979, no obstante este rito, el equipo ha disputado 4 finales de la Copa Libertadores perdiéndolas TODAS (la peor de todas, fue la disputada contra Peñarol el año 1987 en nuestro Estadio Nacional, en esta, los colombianos eran amplios favoritos pero perdieron en el último minuto de juego contra el equipo uruguayo para el asombro de todo el continente) Los dirigentes, simpatizantes e hinchas con terror antes de disputar las finales del mágno evento continental, concurrían donde "Garabato" ofreciéndole verdaderas fortunas para que este alzara el conjuro, sin embargo, el tozudo hombre siempre se negó y así se llevó a la tumba esta maldición el 05 de enero del año 2008. (Continuará...)