sábado, 17 de mayo de 2008

¡ Malditos ! (2º Parte)


Otro equipo que ha debido lidiar con fuerzas ocultas es C. A Quilmes, una institución considerada como "modelo" por el fútbol trasandino, poseedor de una infraestructura que cualquier equipo nacional envidiaría y que además a gozado de inyecciones económicas de grupos tales como la cerveza "Quilmes" y la petrolífera Exxon. Sin embargo, por esos avatares profanos que se han reseñado, el club a sufrido desgracias y frustraciones deportivas que han mermado todos los avances que han conseguido en el plano institucional. Por paradójico que suene, todo se inicio cuando en el año 1994 los directivos recurrieron a una bruja de la localidad de Chascomús llamada Dora para que les ayudara en la reñida disputa que tenían contra Gimnasia y Esgrima de Jujuy por el ascenso a la principal categoría el fútbol trasandino. La nigromante acepto a cambio de la suma de 4 mil pesos argentinos, a los cuales los regentes del club accedieron a regañadientes, antes de irse, la bruja vaticinó que el equipo jujeño perdería 3-0 contra su rival del fin de semana.

Los dirigentes contemplaron con asombro que el vaticinio de ella se cumplía a carta cabal, sin embargo, el equipo cervecero no sumo puntos esa semana pues su encuentro contra Deportivo Morón fue suspendido. Independiente de este hecho la mentada señora Dora fue a cobrar sus honorarios, empero, los directivos del club señalaron que no le pagarían nada puesto que ellos no habían sumado puntos. La bruja se enfureció y les lanzó una maldición en la cual Quilmes no volvería a subir a primera división, ¿resultado?: En la reanudación del partido contra Morón el equipo cervecero ganaba 2-1, con el cobro de un penal a su favor el cual...desviaron, de ahí en adelante viene a debacle, Morón lo da vuelta y termina ganando 3-2. Las fechas que siguieron también reportaron magros resultados que a la postre, le dieron el título al equipo de Jujuy. Quilmes se perpetuó en la segundo categoría del balonpie argentino, tratando de luchar con un destino que se había ensañado con ellos, el punto culmine de esta mala fortuna llego entre los años 2000 y 2001 donde disputaron 3 FINALES CONSECUTIVAS para ascender las cuales perdieron calamitosamente (contra Huracán, Los Andes y Belgrano respectivamente).

Con todos estos antecedentes, los dirigentes hinchas y simpatizantes se dieron cuenta que el "trabajo" que había realizado la señora Dora con el club era en serio, el clamor popular empezó a exigir a los directivos que se hicieran presente donde la bruja para pagarle la plata adeudada y de paso darles disculpas por faltar al compromiso adquirido. Así una comitiva partió a la pequeña localidad de Chascomús para realizar el pago pero, se encontraron con la sorpresa que la bruja había fallecido, con mucho pesar los atribulados dirigentes llevaron una enorme corona de flores a su tumba (sin nombre ni seña en particular) esperando un perdón post mortem. La fe había sido recobrada y esperaron con un optimismo único al rival que les diputaba la semifinal del ascenso; Nueva Chicago, en un partido que se desarrollo bajo un diluvio, el cuadro verde de Mataderos se alzó con la victoria dejando atónitos a los hinchas de Quilmes. ¿Qué había pasado? ¿Acaso la maldición de Dora no tendría fin?. La respuesta era casi tragicomica: En su afán y premura por el perdón, los dirigentes no corroboraron que la sepultura agasajada no correspondía a la famosa señora, por lo que la fatalidad aún perseguiría a la institución. Fue tal la desesperación que en el año 2003, un hincha viajo al pequeño poblado y sobre la tumba (correcta) juró bautizar con el nombre de Dora a su hija con tal de que se terminara la maldición, con este hecho y luego de 13 años Quilmes subió a primera división con un campañón que lo tuvo 8 meses invicto en casa. Ah...como dato anecdótico, la niña lleva por segundo nombre Dora cumpliendo el padre con su promesa y así dejando la mala suerte enterrada.

En la misma Argentina y quizás más dramático que el caso de Quilmes, es el de Racing Club de Avellaneda. En varias ocasiones, he nombrado a la institución blanca y celeste como sinónimos de mala administración, desgracia y fatalidad, un verdadero tormento para su fiel y abnegada hinchada que a pesar de todo ha permanecido firme, aguantado estoicamente a pesar del descenso, disputas de liguillas de promoción, quiebras y robos a mansalva. La pregunta que cabe hacerse es: ¿Cómo uno de los 5 "grandes" puede caer tan bajo en una constante espiral descendente? (mientras escribo esta nota, veo que perdieron ante Boca quien jugó con un equipo juvenil, pero a quien el árbitro favoreció claramente, comprometiendo más las permanencia del equipo de Avellaneda en la división de honor del balonpie argentino) y lo que es peor aún ¿Cómo no se ha logrado canalizar todo el potencial económico y deportivo de una institución poderosa y tan querida con miles de fanáticos en un medio tan ferviente siendo este malgastado y poco recompensado? La respuesta para la gente académica puede sonar desesperada pero es la única que puede dar una solución a tanta tragedia; La institución esta maldita.

Aunque a simple vista es irracional, para la hinchada racinguista no deja de tener un sustento verídico. Para entenderlo, el amable cibernauta debe situarse en el año 1967, por esos días Racing, flamante campeón de la Copa Libertadores, se consagraba campeón de la Copa Intercontinental tras derrotar en una verdadera batalla al Celtic de Glasgow en partido definitorio (el primero lo ganaron los escoceses en casa y el segundo fue ganado por la academia en el estadio "Juan Domingo Perón") en el mítico estadio Centenario de Montevideo con un solitario gol del "Chango" Cárdenas. Con esto, no sólo engalanaron las vitrinas del club sino que además, era el primer club argentino en ser campeón intercontinental (o como dicen ellos el primer campeón del mundo) Esto causo la envidia insana de su eterno rival; Independiente de Avellaneda, la que se acrecentó pues los "diablos rojos" habían sido incapaces en las dos ocasiones que ostentaron la Libertadores de ganar la Copa Intercontinental (en ambas ocasiones fue derrotado por el Inter de Milán) por esto la resentida hinchada roja debía vengarse a cualquier costo y haciendo un daño que difícilmente se podría reparar. Una vez finalizado el torneo, en una noche cualquiera, hinchas del "rojo"entraron a la cancha de Racing (ayudados por el portero que era hincha furibundo de Independiente) y sepultaron en el gramado nueve gatos negros muertos, con esto se conjuro que durante 49 años, la Academia pasará penuria tras penuria.

El transcurso del tiempo les daría razón a estos insidiosos, Independiente lograba triunfo tras triunfo (conseguidos en más de una ocasión con malas artes) en el plano nacional e internacional durante más de una década, fue en este período donde el cuadro rojo logró el apelativo de "Rey de copas" y el prestigio de ser -hasta hace un par de años atrás - el equipo más ganador de la historia. Su embrujado vecino, durante estos años, comenzó un naufragio a nivel deportivo e institucional, que tuvo su punto cúlmine en el año 1983 cuando descendieron a la 2º división permaneciendo ahí por dos años. La vuelta no fue menos complicada, sin embargo los hinchas tuvieron una pequeña alegría al ser los ganadores de la 1º edición de la Supercopa (torneo que reunía a todos los campeones de la Libertadores) en el año 1988 tras vencer al Cruzeiro brasileño. Aunque suene exagerado, lo peor aún estaba por venir para la Academia, si bien se cumplieron grandes campañas durante los años `90, la sequía de títulos nacionales proseguía al igual que el robo indiscriminado a la institución, el mal manejo de los dirigentes (en especial el de Héctor Daniel Lalín) llevó a que el club fuera declarado en quiebra en el año 1999, ante la posibilidad de que el club desaparecía los hinchas recurrieron a una de las medidas más desesperadas que se conozcan en la historia del fútbol: Realizar una misa en su estadio con la intención de acabar de una vez con todas con los demonios que aterrorizaban a la institución, pedirle al cielo que le permitieran una salida legal para poder subsistir y si se podía que el club tocará nuevamente la gloria a nivel local (famosa es la imagen del sacerdote bendiciendo los arcos o la del hincha que portaba una imagen de Cristo del sagrado corazón con la camiseta del club) Se quiera creer o no, el año 2001 y luego de la peor racha en la historia del club (lograron solamente 11 puntos en el campeonato de clausura) obtuvieron el campeonato tras 35 años de sequías, con un equipo que más que fútbol era entrega y puro corazón. A pesar de esto, subsiste en el mundo racinguista ese álito de "maldito", por ejemplo están las desafortunadas declaraciones de nuestro compatriota Reinaldo "Choro" Navia quien le ha atribuido la mala suerte del equipo y la suya goleadora a elementos maléficos, malas vibras, espíritus, y demás sortilegios que buscan tapar la campaña mediocre del equipo (y su propia ineficacia frente al arco que seamos honestos, la arrastra desde su etapa final en México) lo peor para la gente de Racing no es que sus planteles se escuden en estos hechos, o las lesiones que adolecen constantemente sus jugadores (en particular durante este año que ha sido nefasto), ni que las figuras de renombre (como el "Cholo" Simeone o el "Piojo" López) no rindan lo que se espera de ellos,o mucho menos las pérdidas que experimente la gerenciadora que esta a cargo de su administración, sino que es el temor interno a que las cosas malas seguirán, lo quieran o no, más allá de cualquier esfuerzo, pues este miedo, que los lleva a presagiar nuevas desgracias y a mover la cabeza en dirección del cielo en busca de explicación, se funda en que aún subsitirían 8 años más de mala racha (Continuará).

viernes, 16 de mayo de 2008

¡ Malditos ! (1º Parte)


El fútbol es, en su esencia más pura es un deporte, el más perfecto del mundo (prueba de esto es que ha sufrido un mínimo de variaciones en más de cien años) el más atractivo, bello y emocionante a la vez, una verdadera pasión de multitudes si se quiere usar el manoseado eufemismo popular, pero es un deporte al fin y al cabo. Sin embargo esta reflexión (pseudo aristotélica y más que obvia) tiene muchas aristas, tantas que llenarían páginas de libros, manuales y demases. Son estas pequeñas particularidades las cuales les dan su sello distintivo puesto que están revestidas de situaciones y excentricidades que JAMÁS se podrían repetir en otra disciplina, por eso el arte del balónpie se convierte en único y lo aleja de otras manifestaciones deportivas masivas o de deportes que en teoría podrían resultar visualmente más atractivos.

Así, al factor netamente deportivo se le agregan variantes como la de los jugadores con sus propios léxicos y códigos, la de los entrenadores con toda su rimbombancia y sistemas "tácticos" sacados - prácticamente - de la NASA o extraídos del Pentágono (los amables cibernautas que pinten algunas canas deben recordar con claridad los sistemas de la W y de la W invertida que hasta el día de hoy no se pueden explicar sino es por medio de algo similar a la piedra roseta futbolera y eso que no hemos caído en ejemplos peores como los esquemas de juego empleados por Rudi Guttendorf a principios de los `70 o Xavier Azkargorta a mediados de los`90 ambos con la manoseada selección chilena) la del periodismo deportivo con su verborrea inconsistente llena de palabra rimbombantes y análisis que dejarían perplejo a cualquier cientista político (el comentarista/relator no solo se limita a comentar los avatares del partido sino que, generalmente, da reseñas, datos, trívias de la situación socio-politica-económica e histórica de un país, si el duelo es de selecciones o de una región determinada, si es de clubes) y los hinchas que de una u otra forma tratan de demostrar su pasión/insanidad mental de diversas formas (así por ejemplo tenemos a hombres que se disfrazan de preso en Argentina, o como el reconocido hombre-pájaro cole colombiano, del famoso Condorito, acompañante privilegiado de la selección chilena sub -20 en Canadá o peor aún, de un loro verde poco presentable que se pasea por las canchas del puerto principal de nuestro país y que incluso a llegado al mismísimo Palacio de la Moneda para recibir el saludo presidencial )

Una de las formas más características para soltar toda esa tensión, locura o amor hacia la camiseta que se tiene son las cábalas, aquella suerte de guiño al destino o a la diosa Fortuna para que el equipo de nuestros amores o el combinado nacional salga favorecido -alguna vez- por esa mano aciaga y tan infausta. Mediante estas, el fanático furibundo trata de otorgarle un aura mística y mágica a la escuadra portando diversos objetos "benditos", desde camisetas usadas una y otra vez (con la cual uno sabe - sin ningún rigor científico y con la más disparatada fe - QUE EL EQUIPO GANA PASE LO QUE PASE y que en caso de no portarla puede suceder una debacle de carácter bíblico) pasando a una bufanda, radio de transistores, pata de conejo o artilugios similares. El hincha en su más pura esencia irracional, se plantea internamente que la prenda determinada protegerá al equipo de desgracias tales como un gol en las postrimerías del partido o un penal en área propia (en mi caso particular, durante una Copa Libertadores fui con la MISMA ROPA -léase; Zapatillas, calcetas,calzoncillos, short, camiseta del equipo y gorro a TODOS los partidos disputados de local por mi equipo, realizando la conducta aberrante de no lavar las prendas contradiciendo cualquier norma de salubridad pública y de la OMS)

A su vez, el repetir una actitud constante de manera obsesiva-compulsiva forma en el intrincado cerebro del hincha una confianza a toda prueba que le asegura que el pleito se dirimirá favorablemente en favor de sus colores. He conocido casos de personas que han ido durante años a la misma ventanilla a comprar (en lo posible) al mismo vendedor, para luego entrar por la misma puerta del estadio y sentarse en el mismo asiento cuando el equipo encuentra rachas positivas, tengo amigos que suelen fumar una cantidad determinada de cigarros en cada tiempo evitando terminarlos antes de cierto minuto en especial que podría coincidir, malamente, con un gol en contra convertido en partidos anteriores, gente que se cambia de asiento o que ve el partido de pie al lado de un amigo en particular para no alterar el orden cósmico, e incluso una chica (una futura profesional del campo legal, totalmente inteligente y racional) que se considera así misma como una cábala viviente puesto que cada vez que va al estadio su equipo no pierde.

En otras ocasiones, la inclusión de un elemento anexo, el no portar alguno de los estandartes mencionados o el atribuirle una carga de "vibras" negativa a una persona determinada puede provocar en la descabellada ecuación hincha-deidades, un descalabro de proporciones tales que afecte la débil psique del pelotero. En esta misma página, al amable cibernauta le ha quedado constancia de la mala fama adquirida por un queridísimo amigo mio a quien cada visita al estadio le reportaba comerse los apelativos de "mufa" o "yetta" Este verdadero mártir pelotero no solo tuvo que cargar con ese estigma otorgado por mi cabeza de termo habitual a la hora de ver fútbol, además lo refrendo, como un amargo sino, al acompañar a otro querido personaje a ver a su equipo y que este fuera vapuleado en ambas ocasiones. Todo esta teoría giraba en torno a los malos resultados conseguidos por nuestra escuadra el año recién pasado los cuales me llevaron a pensar (errónea o acertadamente) que la desgracia estaba asociada con su presencia en las gradas, influyendo negativamente al normal desarrollo místico, cósmico, kármico de nuestro equipo evitando el correcto dialogo entre jugador-balón-compañeros-red contraria, quedando comprobada esta hipótesis a lo largo de la nefasta campaña del primer semestre. A pesar que me he dado cuenta que no es el verdadero culpable de nuestros desaciertos en la cancha (con un técnico y dirigentes como los que tenemos, es realmente difícil hacer algo) temo a mi reacción de mirar hacia el costado y culparlo consiente o inconscientemente si es que vuelven los malos resultados a azotar nuestras estanterías.

Sin embargo, en ocasiones todos los elementos señalados chocan contra algo invisible, algo realmente negativo, que conduce al equipo a tragedias deportivas y extradeportivas como si pesara una verdadera maldición sobre estos. Lo señalado que cae a claras luces en el terreno de lo paranormal, puede sonar insulso a oídos netamente racionales, pero el amable cibernauta debe comprender que a momentos, es la única situación "lógica" que tiene el corazón del hincha para sustentar tanta desgracia junta, pues es casi imposible explicar de una forma coherente y racional el porque instituciones grandes, con una fanaticada fenomenal, recursos y prestigio quedan sumidos en la más absoluta inopia de logros deportivos o económicos. Casos como estos sobran en el mundo del fútbol, así en Río de Janeiro, es famosa la historia de Arubinha, un hombre que en el año 1937 enterró un sapo muerto con la boca cosida en la cancha del Vasco Da Gama profiriendo que este club no saliera campeón durante 12 años tras la goleada que sufrió su equipo por 12 a 0 . Los dirigentes de Vasco en un inicio no atendieron a este estigma, sin embargo, presenciaron con horror como pasaban los años y que, a pesar de contratar a los mejores jugadores del medio no podían salir campeones, con frenesí se lanzaron a buscar al batracio erosionando el campo de juego sin ningún resultado, hasta que, por arte de magia, el equipo a 11 años de su último título (1934) logró conquistar nuevamente esta presea en 1945. Otro hecho de corte sobrenatural es el que han debido enfrentar los hinchas, dirigentes y jugadores del América de Cali, durante los años`70 Benjamín Urrea, apodado "Garabato", ex dirigente del club, se oponía a que este pasara al profesionalismo, durante una borrachera de aquellas en una cantina de mala muerte y luego de ser expulsado del club por su tenaz oposición, maldijo uno a uno a dirigentes, cuerpo técnico y jugadores del los "diablos rojos" con una botella de aguardiente llevada hasta la parte final de su espalda proclamando: "Que lo vuelvan profesional, que hagan del América lo que quieran pero juro por mi Dios que nunca serán campeones..." Conclusión; Tras un exorcismo en el círculo central del estadio Pascual Guerrero de Cali el América logró conquistar su primer título nacional en el año 1979, no obstante este rito, el equipo ha disputado 4 finales de la Copa Libertadores perdiéndolas TODAS (la peor de todas, fue la disputada contra Peñarol el año 1987 en nuestro Estadio Nacional, en esta, los colombianos eran amplios favoritos pero perdieron en el último minuto de juego contra el equipo uruguayo para el asombro de todo el continente) Los dirigentes, simpatizantes e hinchas con terror antes de disputar las finales del mágno evento continental, concurrían donde "Garabato" ofreciéndole verdaderas fortunas para que este alzara el conjuro, sin embargo, el tozudo hombre siempre se negó y así se llevó a la tumba esta maldición el 05 de enero del año 2008. (Continuará...)

jueves, 3 de abril de 2008

Gol Nº 1.000



Amables cibernautas

Este post es especial y da motivos para la celebración, puesto que esta humilde página de internet que llena cada cierto tiempo sus mentes de recuerdos peloteros, historias sabrosas, libros que hablan de la pasión de multitudes y en general, todas aquellas cosas que mueven las fibras del amante del balón a sobrepasado las 1.000 visitas, cosa que en un principio su cordial servidor ni siquiera alcanzaba a soñar.

Una vez más reitero el agradecimiento de quienes leen, aportan, dan ideas, postean, me dan su cariño (ud. sabe a quien me refiero...) , me entregan sus buenas vibras e incluso para los que me putean constantemente (una vez más, gracias por vivir pendientes de mi.... sigan participando que en una de esas los menciono de nuevo ehhh...jajajaja) Pero por sobre todo a la gente que ha convertido esta ventana internetera un espacio de esparcimiento y un lugar común para todo los que aman el deporte más hermoso del mundo. Gracias totales.

Y para celebrar como se debe, les dejo dos goles de los dos más grandes de la historia, con ustedes (y pecando de una originalidad impresionante) el gol nº 1.000 de Edson Arantes Do Nascimento, más conocido como Pelé y de yapa el mejor gol convertido en una copa del mundo hecho por un tal Diego Armando Maradona contra Inglaterra en el Mundial de 1986. Disfrútenlo





viernes, 21 de marzo de 2008

La Alegría del Pueblo




Aquel 20 de enero de 1983, Río de Janeiro amaneció sin música, sin su carnaval habitual ni la alegría carioca que los caracteriza,las playas parecían una triste postal y el llanto de una ciudad sobrepasaba las sonrisas habituales de un país. Aquel día aciago, Manuel Francisco Dos Santos, dejaba el mundo de los vivos por una cirrosis, solo y tan pobre como su entorno. Aquel día no sólo murió un hombre, murió la genial irresponsabilidad dentro de un campo de juego, el amague sorpresa, el lenguaje secreto con la pelota y él romanticismo de una época que ya se fue. Aquel día, falleció Garrincha, la alegría del pueblo y desde su partida el fútbol jamás fue el mismo.

Garrincha era uno de aquellos paradigmas hermosos que tiene el balonpie, parte de extraña ilógica que posee la pasión de multitudes, esa que no permite explicar como un ser humano intelectualmente limítrofe, con una escoliosis grave, una poliomielitis mal tratada y ambas piernas torcidas (con una 6 cms más larga que la otra) llega a ser el mejor puntero derecho de todos los tiempos. Su apodo mismo lo retrataba de cuerpo completo, un verdadero pajarito inútil, poco apto para todo, feo e incapaz para subsistir en un medio cruel, descartado para cualquier tipo de actividad (física o intelectual) tenía como único camino el dedicarse a ser un vago o a desempeñarse en algún trabajo menor. Sin embargo, y tal como lo hizo en su existencia, Mané Garrincha le hizo un amague a la vida, enganchó por dentro y salió por fuera, convirtiéndose en ídolo de multitudes y prisionero de sus propias limitaciones.

Desde pequeño se pudo apreciar lo que seria el destino de Mané, una infancia dura marcada por el sesgo que la sociedad colocó sobre sus hombros, pero que el encaraba con esa ingenuidad del que no sabe nada y que lo quiere todo. Así desde pequeño, entre sus vicios y placeres (empezó a fumar a los 10 años) comenzó a trabajar en lo que fuera y pudiera mientras se divertía, cazando, pescando, teniendo sexo con cuanta mujer se le cruzara en el camino, pero por sobre todo haciendo malabares con la pelota, acariciándola y teniendo ese contacto que sólo los cracks pueden entablar con ella, sin tener ningún tipo de ataduras y restándole importancia a una vida que de por si podía ser aún más dura. Comenzó jugando en el equipo de la empresa textil donde trabajaba, ahí sus compañeros sólo atinaban a cerrar la boca cada vez que Mané pasaba a su lado lleno de filigranas y regates. Al corto tiempo se corrió la voz en el mundo futbolistico y todos los clubes de Rio quisieron tener entre sus filas a este paradigma de la naturaleza, sin embargo, Garrincha no le importaba mayormente lo que tuviera relación con el "profesionalismo" del fútbol (reza la leyenda que era tal su desidia que el día que Brasil disputaba la final del mundial de 1950 contra Uruguay prefirió irse a pescar antes que escuchar el partido) y con la displicencia que lo caracterizaba realizó un periplo por diversas instituciones sin mayor éxito. Vasco da Gama lo dejó partir por ir sin zapatos, del Fluminense se fue antes de terminar la práctica para alcanzar el tren, así a los 19 años, cuando su tiempo como promesa expiraba, el Botafogo lo ficho entre sus filas, la apuesta sobre el díscolo puntero no fue en vano; 609 partidos, 252 goles y 14 títulos, el humilde club de Río jamás repitió la gloria que tuvo mientras Mané estuvo haciendo estragos por la banda derecha.

Poco tiempo paso para que Mane fuera pedido en la "verdeamarella" aún destrozada anímicamente por el Maracanazo, la gente del Botafogo y cualquier amante del futbol quería ver a ese hombre que semana a semana llenaba canchas, sin embargo, las mentes brillantes que siempre han empañado el juego con teorías y tácticas impedían su llegada. El psicólogo del seleccionado brasileño Joao de Carvalahaes, declaraba a los cuatro vientos que Garrincha era "un débil mental no apto para desenvolverse en un juego colectivo". Con la presión del medio y la negativa de los especialistas el técnico de Brasil, Vicente Feola, reticente de este personaje, lo probó en un par de partidos, Mané no decepcionó, se comió la banda derecha sin dejar a nadie más jugar con el esférico. En un partido amistoso contra la Fiorentina y como era habitual, se sacó a 3 defensas, al arquero, al defensa que custodiaba la linea del arco (al cual de tanto amague a centímetros de él lo hizo estrellarse en el vertical) y nuevamente al arquero a quien batió haciéndole un hoyito, con esta acción se ganó la ovación de todo el estadio y de la ciudad de Florencia quienes se maravillaron ante tal prodigio. Sin importar estos antecedentes, Feola lo dejó sentado en el banco de suplentes con un joven de 17 años apodado Pelé durante los dos primeros partidos del Mundial de 1958, fueron sus compañeros de selección (encabezados por Nilton Santos) quienes forzaron al técnico a incluir a estos dos fenómenos, ellos, al parecer sabían más que el técnico pues Brasil se convirtió en una escuadra imbatible en lo que resto de torneo.

Bien lo supieron los sovieticos quienes acostumbrados a la marca al hombre se volvieron locos tratando de detener a Mané, a tal punto llego su desesperación que apiñaron más y más jugadores en el costado izquierdo de la cancha sin obtener resultado alguno. Garrincha hacia y deshacía por su costado desbordando a todo jugador de la URSS se le cruzara, ellos, con toda su superioridad física e intelectual no podían parar a un rengo bajito y casí desnutrido. Junto a Pele, el "Scratch" convirtió el campeonato de Suecia 58 en un monólogo y se llevo a casa la primera de las Jules Rimet que obtuvieron derrotando a anfitrión por 5 a 2. Mientras la algarabía se desataba en el plantel brasileñoel día de la coronación, Garrincha observaba desde lejos sin hacer mayor escándalo, ya que no entendía por que era el alboroto, así se acercó al técnico y con su habitual inocencia le pregunto: "Maestro ¿porqué celebramos?" ante lo dicho Feola lo increpó y le señalo que habían ganado el campeonato del mundo, sin embargo esto no inmuto a Mané quien sólo respondió "que raro este campeonato...jugamos seis partidos, no hay otra rueda...Y salimos campeones"

Brasil era una fiesta, atrás quedaba el amargo recuerdo del Maracanazo, los futbolistas de ese plantel pasaron a ser héroes nacionales con Garrincha y Pelé como máximas estrellas, la prensa ávida de noticias seguía a los cracks en busca de cualquier nota y Mané fue su blanco favorito, no por su acabada visión del juego precisamente, sino para festinar con sus limitaciones. Así al ser consultado cual fue la ciudad que más le gusto de Europa dijo "Aquella donde se cayó Zagalo..." (Roma) o al preguntarle que monumento le gusto más dijo "Una iglesia grande con hartos curas..." (por el Vaticano). Afortunadamente, siempre a su lado se encontraba Nilton Santos, central de Botafogo y de la selección, pero por sobre todo compadre de Garrincha quien lo "provocaba" para que rindiera más en la cancha (reza la leyenda que Nilton Santos, para desnivelar los partidos, se acercaba a Garrincha y lo calentaba al decirle que cierto jugador de la defensa contraria lo había tratado de impotente o gay...por lo que, con posterioridad el crack volvía loco al zaguero de turno desbordándolo una y otra vez) y lo protegía de los desaciertos que cometía frente a los micrófonos. Para todas las entrevistas, el bueno de Nilton se quedaba a un costado de Mané para evitar que este cayera en sus típicos errores, soplándole las respuestas y en más de una oportunidad, dándole fin anticipado a las notas.

A pesar de su ayuda, Santos no podía - ni nadie en realidad - orientarlo todo el tiempo, por esto Mané cayó víctima en innumerables ocasiones de engaños de inescrupulosos que disminuyeron sus ganancias y patrimonio (En Suecia, y después de ganar el mundial, Garrincha adquirió una radio con tecnología de punta para la época la cual llevo a su natal Río, ahí un "amigo" envidioso le espeto a Mané que como podía ser tan tonto al comprar una radio que sólo le transmitiría en sueco y que no le serviría, el crack le encontro la razón al tipo por lo que, con su desprendimiento habitual y en agradecimiento...le regaló la radio) pero por sobre todo por sus propias debilidades, Garrincha se hizo dueño de la noche de Río, se convirtió en su hijo consentido, fue ahí donde dilapidó los pocos pesos ganados y gozó de los placeres carnales de cuanta mujer tuvo a su alcance, aún con la vida licenciosa que llevaba, seguía cosechando éxitos con Botafogo y era número puesto en la selección. Con estos antecedentes, se empezó a desarrollar la previa para Brasil de lo que sería el Mundial de Chile en el año 62 y para Mané su mayor momento de gloria. (continuará)

viernes, 22 de febrero de 2008

El Guardián de los Tres Palos





"Todo lo bueno y decente de esta vida, lo aprendí bajo el arco en una cancha de fútbol"


- Albert Camus -


Este será un ejercicio de honestidad brutal, creo que de lo mas sincero y personal que haya escrito en esta ventana internetera. Lo admito amable cibernauta, NO soy un crack jugando a la pelota, soy de esos jugadores de la media para abajo, el eterno "maomeno", de aquellos que cuando llegaba la hora del proceso electivo en las pichangas del barrio eran elegidos en 3º o 4º opción. Así, preso en esta verdadera pesadilla evolutiva-futbolística, sólo me salvaba de aquellos espécimenes inferiores en el arte del balónpie (esos que no hacían jueguitos o no podían dominar el balón ni con bote de por medio, que tan sólo jugaban en vacaciones por que sus papás no los dejaban "pelusear" en época de clases o que salían con permiso hasta que se encendiera el alumbrado público por que a eso de las 21 o 22 horas EN VERANO! ya tenían que estar acostados) mi porte, envergadura física o bien el hecho que era el dueño, amo y señor del balón de cuero, lo que traía el plus adicional de quedar siempre en el mejor equipo o ser el que elegía a las codiciadas "estrellas", los machos alfas dominadores o espécimenes superiores del proceso de selección natural en los añosos partidos jugados en la calle entre piedras y árboles (Esto tiene su explicación lógica amable cibernauta en que su humilde servidor en más de una ocasión acabo abruptamente el lance por la injusticia en la repartición equitativa de cracks. Ante el riesgo inminente de llevarme la tan codiciada esférica y dejar a mis amigos sin entretención por el resto de la tarde - noche, se opto por lo más sano que era entregarme el derecho de pernada futbolera y asirme de tales contrataciones)

Sin embargo, mi mayor atributo futbolístico no pasaba por estos hechos físicos o dictatoriales, sino más bien por el puesto en el cual jugué casi el 70% de mi vida: El arco. Lo de mi elección no era antojadiza, ante mi NULA efectividad en las redes rivales, ante la falta de sensibilidad con el balón y - derechamente - talento para calzarme la función de conductor del equipo o bien mi eterna carencia de estado aeróbico para ser el hombre de contención (el clásico número 6 en Chile conocido como el "5" en otras partes) solamente restaban las función de defensa o la de portero. Como siempre fui/he sido víctima de delanteros veloces y voraces y de un mal carácter de los mil demonios dentro de una cancha de fútbol, lo más seguro era que terminara viendo el partido desde las gradas tempranamente por expulsión o por el dolor de cadera y cuello que provocaba cada gambeta o amague de la ofensiva de turno. Así que tanto mis compañeros de equipo/profesores de educación física/ entrenadores, me señalaron el arco como mi destino. Fue en este lugar donde logre mis mejores actuaciones a lo largo de la vida y conseguí mi (exigua) gloria futbolística, me di cuenta que tenía lo que se necesitaba, buenos reflejos, anticipación, coraje pero por sobre todo, un biotipo físico (alto + robusto o francamente gordo = tapaba el arco) necesario para la posición. Pero además existía un elemento secreto extra, interno y muy particular que me motivaba aún más que cualquier cosa señalada : Ser arquero del equipo era LA oportunidad que tenía para ser la estrella del partido...ya que de MIS manos y atajadas dependía la seguridad del resultado.

Lo anterior debe ser visto en perspectiva, si usted amable cibernauta varón creció en cualquier rincón de nuestra larga y angosta faja de tierra (o en cualquier parte de Sudamérica) por las décadas del 80`y 90`sabrá la importancia que tenia en la escala infanto - social el hecho de jugar bien al balón o ser importante dentro de un equipo; Daba la oportunidad de ampliar el círculo de amistades, otorgaba inmunidad ante las eventuales palizas que te podían dar los matones del curso (si usted era un abusador, aparte de la fama de golpeador obtenía un aura de invulnerabilidad y respeto extra de parte de sus pares), le proveía de colación gratuita en los recreos (equivalente a comprar su pase futbolistico por 10 o 15 minutos, dependiendo de cuanto durara este lapso de esparcimiento) garantizaba el intercambio de láminas necesarias para completar sus álbumes de fútbol o de series animadas (más de alguno se debe acordar de una de las frases más nefastas de la infancia...la lámina o figura tanto es "LA CLAVE"), facilitaba la obtención de golosinas por parte del dueño del bazar o boliche de la esquina (de preferencia chocolates, chicles o unas bolsitas rosadas de arroz confitado) e incluso si usted era más "maduro" que sus pares, lograba captar las miradas e interés de las niñas más lindas del barrio o de la escuela (aunque no se entendiera bien el porque, uno SABÍA de debía lucirse ante aquella chica que le causaba esa rara sensación de cosquilleo estomacal y vómito).

Con los antecedentes vertidos, es fácil imaginar que mis primeras actuaciones en este puesto fueran nefastas; boletas de proporciones producto mi inexperiencia, la falta (o ausencia total) de calidad por parte de mi equipo de colegio, los cuales NO ayudaban mucho a evitar tales debacles, rasmilladuras varias (producto a que el cuerpo humano no esta diseñado para resistir la fricción con el cemento y ripio mis piernas terminaban - literalmente - como crucigrama de tanta rasmilladura)Sin embargo, esto no hizo más que reafirmar mis ganas de surgir en el puesto -sumado a un ansía de figuración desmesurada para un niñito - por lo que sacrificaba semana tras semana mi anatomía y mi autoestima en los campeonatos del colegio. Por las razones expuestas empecé a buscar referentes futbolísticos en el puesto que yo trataba de dominar, así empecé a admirar a estos guardianes bajo los tres palos cubiertos con una red que podían ser los héroes o villanos con tan sólo una jugada.

El primero de ellos, fue el más grande de todos los arqueros que haya conocido el fútbol chileno: Roberto "Cóndor" Rojas. Independiente de su error (latamente analizado y recordado como una herida que no deja nunca de sangrar) es imposible restarle méritos, liderazgo dentro del campo de juego, extraordinarios reflejos, rechazo fenomenal para cortar los centros, achique sensacional y una cualidad que jamás he vuelto a ver en un arquero, nunca al Cóndor lo encontraron adelantado (como suele sucederle al 99.9% de los arqueros en el fútbol actual, con esa tendencia de jugar como líberos) él se mantenía siempre atajando bien pegado a la línea cal sacando pelotas con agilidad y elegancia nunca antes vistas en las canchas de este país, no con ese estilo "para la foto" que varios porteros cultivan sino que haciendo necesario cada uno de sus movimiento. Con este modelo que seguía sin importar el equipo en que estuviera (no profeso mayor simpatía por el club donde desarrolló gran parte de su carrera en Chile. por lo que fui inmensamente feliz cuando el poderoso Sao Paulo lo contrató) más la experiencia que da partido a partido comencé a pulir mi estilo que si bien jamás me levo a un club de 1º división , me sirvió para jugar en el barrio, en el colegio y posteriormente en la universidad.

Han pasado los años desde aquella decisión que afectó (positivamente) mi "carrera" futbolística y evidencie mejoras en varios puestos de la cancha sin embargo, el primer amor, ese que da el riesgo, vértigo, tensión (strees) del pórtico sumado a la figuración que el puesto otorga, en conjunto a cientos de asados y cervezas que me impiden moverme mucho dentro de un campo de juego sin tener un aparato de resucitación o un tanque de oxigeno al borde de la cancha, me llevaron a amar más el puesto y a admirar a próceres de este verdadero arte de ahogar l grito de gol en las gargantas; como Sergio "Superman" Vargas (lejos el mejor arquero extranjero de todos los tiempos que haya pisado un campo chileno) y su capacidad innata para ganar partidos sólo, o la fuerza y liderazgo que imponía José Luis Félix Chilavert en Paraguay (aún recuerdo cuando el convirtió el gol de tiro libre a los argentinos en el Monumental de Nuñez por las clasificatorias a Francia `98) por esto es que aplaudí a rabiar cuando Oliver Khan se convirtió en el mejor jugador del Mundial de Corea -Japón 2002, hice mías las palabras de Camus (quien en su natal Argel jugaba al arco y entendía a la perfeción el mayor seceto del balón; "Aprendí que la pelota nunca viene hacia uno por donde la esperas que venga. Esto me ayudo mucho en la vida, sobre todo en las grandes ciudades , donde la gente no suele ser lo que se dice derecha") porque me emocione tanto con el cuento del gordo Soriano llamado "El penal mas largo del mundo". Es sencillamente porque el puesto de arquero tiene algo especial, es la soledad de estar entre tres palos (o dos piedras si prefiere) como testigo afortunado de todos los pormenores de un pleito futbolistico, es el que siempre tarda más en celebrar un gol con los compañeros, es el último bastión entre la victoria o la derrota, es el actor más débil en la escena más dramatica del fútbol (el penal) pero el mayor héroe si gana la pulseada contra el delantero, y sin embargo a pesar de lo logrado, a pesar de los triunfos y empates robados por un manotazo, es la principal víctima en una mala tarde , el villano más malvado en esta opereta y al cual se le condena a veces de por vida. Moacyr Barbosa sufrió en carne propia la ira de todo un pueblo por fallar ante Uruguay en la final del campeonato mundial de 1950 (para las clasificatorias del mundial de Estados Unidos de 1994, a este pobre hombre se le prohibió la entrada a la concentración del combinado brasileño, ante esto Barbosa comentó; "En Brasil, la pena mayor por un crimen es de 30 años de cárcel. Hace 43 años que yo pago por un crimen que no cometí") y en menor medida tambien lo vivenció Patricio Toledo en aquel infausto empate del año 1994 contra la selección argentina (se comió los tres goles de mala manera). Por eso todos los arqueros estamos condenados a un riesgo vital, el blanco o el negro sin un punto intermedio , ya lo dijo magnificamente Galeano; "Con una sola pifia, el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato y entonces el público olvida súbitamente todas sus hazañas y lo condena a la desgracia eterna. Hasta el fin de sus días lo perseguirá la maldición" Por eso es que mi opción (forzada o premeditada) fue siempre ser el guardián, por que a pesar de lo infausto que pudiera ser el camino, la sensación de robarte la gloria por lo menos 90 minutos pagaba con creces cualquier futuro cagazo o condoro que pudieras cometer en el partido siguiente, riesgo siempre latente para los solitarios guardapalos.

lunes, 18 de febrero de 2008

El Aniversario de la Institución

Ocupando la manoseada frase que muchos dirigentes inescrupulosos usaron durante décadas, me dirigo a los amables cibernautas para comunicarles que este pelotero blog ha cumplido su primer año de vida (aplausos por favor)

Fue un dia 17 de enero del año pasado cuando la mano especializada de alguien muy especial (ud. sabe a quien me refiero lolita) utilizó sus conocimientos, sapiencia y por sobre todo paciencia para enseñarle a un troglodita como yo a utilizar esta maravilla tecnológica, ayudando a "enchularlo" y dandole su look actual (que se mantendrá a causa de mi ineptitud frente al P.C) Millones los abrazos y besos del mundo para ud. que bien los tiene merecido por todo.

Así, con sus altos, bajos y demoras, este blog a servido como ventana para todos los amantes de la redonda de 32 cascos pero más que todo como un canal de expresión para este humilde servidor. Agradezco profundamente las 800 visitas (sin ustedes este sitio no seria nada ehh...Así que sigan visitándolo que entre todos lo hacemos grande papá!!!)y los blogs hermanos (en especial a los de mis amigos) por haberme tendido una mano para difundir este espacio en la inconmensurable ciber red, tambien llamada internet.

Sin pecar de reiterativo quiero darles nuevamente millones de gracias por este año de vida, espero (sino pasa nada extraño...como un cataclismo o el fin de la humanidad como la conocemos) que sea el primero de muchos aniversarios a celebrar con ustedes. Y bueno, que mejor manera de festejar y agasajar a los amables cibernautas que con esta joyita del GRAN Marcelo Salas, con el emocionante relato de Cárcuro (cuando relataba bien los partidos) en aquella tarde histórica de 12 de febrero del año 1998 en donde los cimientos del viejo y mítico estadio de Wembley se estremecieron ante las estocadas del Matador, con cariño a todos ustedes. Saludos totales.

lunes, 4 de febrero de 2008

Gol de Sanfilippo


Querido Eduardo:

Te cuento que el otro día estuve en el supermercado "Carrefour", donde antes estaba la cancha de San Lorenzo. Fui con José Sanfilippo, el héroe de mi infancia, que fue goleador de San Lorenzo cuatro temporadas seguidas. Caminamos entre las góndolas, rodeados de cacerolas, quesos y ristras de chorizos. De pronto, mientras nos acercamos a las cajas, Sanfilippo abre los brazos y me dice: "Pensar que acá se la clavé de sobrepique a Roma, en aquel partido contra Boca". Se cruza delante de una gorda que arrastra un carrito lleno de latas, bifes y verduras y dice: "Fue el gol más rápido de la historia".

Concentrado, como esperando un córner, me cuenta: "Le dije al cinco, que debutaba: no bien empiece el partido, me mandás un pelotazo al área. No te calentés que no te voy a hacer quedar mal. Yo era mayor y el chico, Capdevila se llamaba, se asustó, pensó: a ver si no cumplo". Y ahí nomás Sanfilippo me señala la fila de frascos de mayonesa y grita: "¡Acá la puso!". La gente nos mira, azorada. "La pelota me cayó atrás de los centrales, atropellé pero se me fue un poco hasta ahí, donde está el arroz, ¿ve?" -me señala el estante de abajo, y de golpe como un conejo a pesar del traje azul y los zapatos lustrados-: "La dejé picar y ¡plum!". Tira el zurdazo.

Todos nos damos vuelta para mirar hacia la caja, donde estaba el arco hace treinta y tantos años, y a todos nos parece que la pelota se mete arriba, justo donde están las pilas para radio y las hojitas de afeitar. Sanfilippo levanta los brazos para festejar. Los clientes y las cajeras se rompen las manos de tanto aplaudir. Casi me pongo a llorar. El Nene Sanfilippo había hecho de nuevo aquel gol de 1962, nada más que para que yo pudiera verlo.

Osvaldo Soriano


(Extraido del libro "El Fútbol a Sol y Sombra" de Eduardo Galeano)