viernes, 17 de agosto de 2007

Los Chicos (1º Parte)


Prólogo:

Día miércoles 15 de agosto, 14:00 horas. Recibo el llamado de Pedro para ir al estadio Municipal de la Cisterna. Para quien no lo conozca, Pedrote, al margen de ser un amigo y asiduo lector de esta humilde ventana internetera es EL hincha más fanático del equipo de Ñublense de Chillán que haya conocido en mi vida. Para los amables cibernautas que visitan esta página desde otras latitudes, les explicaré que Chillan es una ciudad ubicada en la VIII Región del país al sur de Santiago (para más detalles o planificación de futuras vacaciones en esa zona, revise su mapa o consulte Google earth) cuyo equipo profesional volvió a la primera división del fútbol chileno tras 25 años de estar deambulando entre la 2º y 3º división del balónpie local. Con estos antecedentes, es fácil comprender que alguien como Pedro, que ha visitado estadios/potreros de todo el sur (e incluso norte del país) haya renovado su compromiso de estar con el equipo donde juegue. Cabe hacer notar que por los avatares estudiantiles él tuvo que emigrar de su natal Chillán a la capital, por lo que las posibilidades de ver a sus "Diablos Rojos" jugando de local son escasas. Por esta razón Pedro ha estado en cada uno de los compromisos que ha enfrentado su escuadra en Santiago, rompiéndose la garganta y gozando (más allá del resultado)con ver a su equipo representando a su ciudad en el verde pasto del profesionalismo.

1- El Viaje:

15:00 aproximadamente: Espero a Pedro en una intersección aledaña a mi casa, el frio empieza a mellar mis ropas y me comienzo a putear por haber salido tan desabrigado, me repito constantemente cual mantra que no importa, que esta a punto de salir el sol. Las divagaciones se interrumpen por varios bocinazos continuos, Pedro, enfundado en su polera roja en compañía de su padre (el otro gran fanático que he conocido de Ñublense) me llaman para que me suba al auto. Luego de los saludos de rigor, mi socio recomienda que corra las banderas que lo han acompañado durante esta campaña para un lado y que deje todos los artículos/cábala a un costado (entre ellos una mini-camiseta traída directamente de la zona de Chillán) me dice casí con fervor religioso que estos partidos consecutivos en Santiago son 6 puntos (al domingo siguiente se enfrentaban a U. Católica en San Carlos de Apoquindo) que no se podía perder el trabajo hecho durante el año y que estos puntos eran vitales para mantener la esperanza de agarrar un cupo a la libertadores. De fondo, "Al Aire Libre" en Cooperativa, da los resultados y previa de los demás encuentros a disputarse, mientras nosotros divagamos acerca de las canchas que conocemos y donde hemos visto a los respectivos equipos de nuestros amores, las hazañas peloteras de los cuadros y del presente de cada uno de los equipos. Sin darnos cuenta estamos en el estadio, un recinto pequeño dejado casi al libre albedrío por dirigentes ineficientes y faltos de visión, es en este pobre reducto donde hace las veces de local el cuadro de Palestino de rico pasado futbolistico en el país (fue este el club que repatrió a uno de los más grandes del fútbol chileno; Don Elías Figueroa), además de ser el ÚNICO equipo en el mundo que representa los colores de la Nación Palestina,en su momento fue la base de ésta selección nacional. Por estos hechos, el canal de noticias Al Yazira (o Al Jazeera)le realizó un extenso reportaje hace un par de años atrás, mediante el cual, los regentes de la sociedad anónima cruzaban los dedos y oraban a Alá para poder conseguir recursos a las alicaídas arcas del club, hecho que finalmente no aconteció. La entrada a este recinto fue caótica al parecer los boleteros y encargados de la venta de entradas se vieron sobrepasados por la cantidad de gente que llegó ese día a la cancha (yo también, debo reconocerlo)Mi socio, por su parte trataba de mantener esa calma extraña que uno tiene cuando sabe que esta atrasado en algo demasiado importante, sin embargo, logramos entrar hasta las murallas mismas del estadio, estacionar rápidamente el auto y correr a través de montículos de tierra y malezas para llegar a acomodarnos a esos preciosos asientos de cemento (si, el amable cibernauta leyó bien, cemento, ninguna normativa FIFA y peor aún, Médica permitiría que un ser humano soportara 90 minutos con su humanidad postrada en esos asientos por los daños y secuelas que podría sufrir la espalda) para esperar el pitazo inicial.

2- Minuto 0`:

15:30 horas aproximadamente: Soy hincha de un equipo grande del país (el cual no señalare más que nada para evitar cualquier recordatorio que el lector de esta página quiera hacer sobre mi progenitora, sin embargo, a los más avezados les doy una pista es de Santiago y hace las veces de local en los antiguos Campos de Sports o de Marte, el que sabe ...sabe) pero tengo esa nostalgia común en mucho hinchas que crecieron durante los 80 y principios de los 90, esa cosa rica y familiar que poseía ir a la cancha, las rifas de pelotas, las "banditas" de hinchas, los verdaderos picnics que se formaban en las gradas e incluso hasta de los cánticos fomes que tenían solamente como intención apoyar a tu equipo (y no dedicarte única y exclusivamente a insultar al rival con la mayor gama de escatología existente como sucede en estas épocas)por eso, lo primero que me llamo la atención al entrar al estadio fue la familiaridad con que se encontraba el hincha de Ñublense, gente tomando bebida y haciendo panes con mortadela, riendo y saludando a las mismas caras que vienen desde el ascenso siguiendo al equipo, señoras con coches y sus respectivos bebes capeando el frío con chalones, chicas (si y bastantes)hablando con naturalidad sobre las capacidades de su elenco y al frente, la barra de Palestino tocando sus instrumentos típicos gritando sin cesar el nombre del cuadro de colonia. A pesar del agrado que me causaba, debía dejar aquel bello cuadro para concentrarme en el juego que acababa de ser iniciado, mi amigo Pedro tomó con fuerza su bandera comenzo a gritar como enajenado mientras que su padre saco lo más cercano a esas viejas radios a transistores que visto en años (aquellas mismas con audifonos blancos monofónicos) para escuchar los otros resultados. No había duda, era como estar de nuevo en la infancia....(continuará)

1 comentario:

paloomaa dijo...

No me gusta leer, ni escuxar, ni ver, ni nada k tenga k ver con tu súper espacio. Lo sé. Lo sabes. El fútbol no es lo mío. No somos compatibles, ni siquiera podríamos llegar a ser conocidos. Él me odia, yo lo odio aún más.
Sin embargo, te felicito. Has logrado k te lea casi hasta el final...

Sacaste aplausos y saludos "arribista intelectual"...

Cuidate montones.

aiozz